El voluntariado es un medio para trazar objetivos y trabajar por estos para lograr un bien común con y para otros, también conmigo misma. Por eso, haber participado en la Jornada de Talleres por el Día del Niño en el mes de agosto en la Institución Educativa Andrés Bello tiene un valor significativo, así como gratificante por lo compartido y aprendido en ese día con los niños, compañeros de carrera de diversos ciclos y bajo la organización de la Municipalidad de Lima como aliados de la experiencia.
Al ser mi primera experiencia en un voluntariado dentro de la carrera estaba con la emoción de entrar a un salón en el que se compartiera aprendizaje, diversión y reflexiones entre todos y todas. Considero esta experiencia importante desde mi primer semestre en carrera para mi formación como educadora porque me brindó la oportunidad para practicar, aprender de quienes ya tienen más práctica en los salones, y recibir, como en este caso, los consejos de mis compañeras de últimos ciclos y egresadas. Más aún, aprender de las conversaciones con los niños, de la diversidad de sus ideas, así como brindar orientación constante y apoyo en las actividades. El voluntariado se desarrolló con el título de «Aprendemos a convivir», organizado por la organización juvenil: La Mochila de Koeko; este consistía en la interacción entre los presentes a través de reflexiones sobre los problemas de convivencia y la búsqueda de soluciones en conjunto para una mejora del clima de aula. Es así que la formación universitaria se nutre a través de estas actividades lúdicas que permiten fomentar aprendizajes entre voluntarios universitarios y niños, favoreciendo la obtención de conocimiento, como también la formación de competencias personales.
Elaborado por:
Claudia Valladares
Estudiante de la carrera de Educación Primaria