A lo largo de los años, la enseñanza de la matemática en la escuela se ha ceñido en su mayoría al uso de la pizarra, la tiza, el plumón y las fichas de trabajo, como herramientas para impartir esta materia a los estudiantes. Sin embargo, la llegada de la educación bajo la modalidad virtual en el 2020, significó para muchos docentes tener que introducir diferentes recursos tecnológicos a sus sesiones de clase.
Haciendo un salto en el tiempo hasta el presente, el Perú ha regresado a las clases presenciales. Si bien este regreso a la “normalidad” resulta muy beneficioso porque recuperamos esa interacción tan necesaria para el aprendizaje, cabe preguntarnos si volver a los tiempos en el que la tecnología no era empleada en las clases de matemática es algo que vale la pena.
Por ejemplo, el uso de videos ya sea de forma sincrónica o asincrónica, resulta una gran manera de que los estudiantes puedan acceder a mucha información sobre algún tema en particular. Este material audiovisual puede ser empleado para ampliar la explicación teórica de cierto tema, presentar la resolución de ejercicios o profundizar el conocimiento de aquellos estudiantes que están interesados en ir un poco más allá de lo enseñado en clase.
También hay herramientas que son útiles para agilizar el proceso de estudio de los estudiantes. En lugar de que el alumno tenga constantemente volver a leer su libro cuando desea recordar algo sobre un tema o estudiar para una evaluación, una forma mucho más eficiente es tener dicha información en un organizador gráfico, para lo cual programas como Miro resultan ideales. Esto porque un organizador visual online permite tener acceso a él en todo momento y es visualmente más atractivo que un texto convencional, por lo que ubicar y recordar el contenido necesario se vuelve una tarea más sencilla.
Otra clase de recursos que, personalmente, considero los más valiosos en el área de la matemática, son los softwares matemáticos, tales como GeoGebra. Esta clase de programas sirven para agilizar el trabajo matemático, ya sea porque realiza de forma automática procesos que resultan muy largos o que son demasiado complicados de hacer a mano, facilitando el trabajo tanto de docentes como estudiantes. No solo eso, sino que esta clase de softwares ayudan mucho con la visualización de objetos geométricos que muchas veces no pueden ser apreciados correctamente en una hoja de papel, lo que hace que los estudiantes comprendan mejor aquello que se les está enseñando, y, por ende, tengan aprendizajes más fructíferos.
Habiendo presentado estas herramientas y su utilidad en la enseñanza y aprendizaje de la matemática, creo que podemos concluir que el uso de las tecnologías en el aula de clase es algo que no se puede perder. Es necesario que todos los aprendizajes adquiridos como docentes en la pandemia sean trasladados y adaptados al aula presencial, para que los beneficios de todos esos recursos puedan seguir siendo aprovechados por los estudiantes.
Animo a las maestras y maestros del área de matemática, y de las demás materias también, a incorporar algunas de las herramientas que usaban en sus clases virtuales en sus sesiones de hoy en día. Inclusive, los aliento a averiguar y encontrar nuevas herramientas tecnológicas que de repente no conocen, pero que creen que podrían serles útiles, y probarlas. Solo así, podremos seguir actualizándonos como docentes en una era en la que la tecnología es la base de nuestro día a día.
Elaborado por:
Fabia Muro F.
Estudiante de la carrera de Educación Secundaria – Matemáticas