Mi interés por el trabajo de campo como estrategia didáctica nace de la experiencia como docente y de la convicción de que el aprendizaje no debe estar confinado a las cuatro paredes del aula. Creo firmemente que el trabajo de campo representa una forma de conectar el conocimiento académico con el mundo real, ofreciendo a los estudiantes la oportunidad de aplicar lo aprendido en contextos auténticos. Además, considero que su potencial para introducir enfoques interdisciplinarios es crucial en un mundo donde los problemas complejos requieren soluciones integrales y colaborativas. Esta estrategia didáctica nos invita a explorar, reflexionar y generar respuestas innovadoras desde múltiples perspectivas.
Para escribir este artículo, tuve la oportunidad de entrevistar al profesor Daniel Llancavil Llancavil, un destacado académico y experto en el trabajo de campo, quien actualmente se desempeña como docente en la Universidad Católica de Temuco, Chile. La entrevista giró en torno a tres preguntas clave: ¿Cómo contribuye el trabajo de campo a integrar conocimientos de diferentes disciplinas en un proyecto educativo?, ¿Qué habilidades específicas del trabajo de campo son esenciales para abordar problemas interdisciplinarios?, y ¿Cuáles son los principales desafíos de aplicar el trabajo de campo en enfoques interdisciplinarios?. A lo largo de la conversación, la experiencia del profesor Llancavil, avalada por su trayectoria en didáctica de la geografía y la historia, enriqueció mis perspectivas sobre este tema.
Al abordar la integración de conocimientos, Llancavil afirmó: «El trabajo de campo permite que los estudiantes comprendan problemas desde una perspectiva integral, porque la realidad no está dividida en asignaturas. Por ejemplo, analizar un problema como la deforestación exige conectar aspectos ambientales, económicos y sociales, logrando una visión más completa». Esta idea se alinea con Delgado (2013), quien argumenta que el trabajo de campo trasciende las fronteras disciplinarias, permitiendo un análisis más profundo y holístico. Desde mi experiencia, esta capacidad de conectar diversas áreas del conocimiento es esencial para preparar a los estudiantes para un futuro donde la colaboración interdisciplinaria será clave.
Sobre las capacidades desarrolladas, el profesor Llancavil enfatizó: «El trabajo de campo enseña a los estudiantes a observar de manera rigurosa, a cuestionarse lo que ven y a trabajar en equipo para encontrar soluciones prácticas. Estas son competencias que no siempre se logran con métodos tradicionales». Esta afirmación resuena con Serrano (2021), quien destaca cómo el trabajo de campo convierte los espacios cotidianos en laboratorios vivos de aprendizaje. Asimismo, Llancavil (2021) subraya que el trabajo de campo representa una oportunidad única que vincula habilidades de observación directa y pensamiento crítico, fomentando una comprensión más profunda del entorno geográfico. Desde mi punto de vista, estas capacidades fortalecen a los estudiantes para relacionar teorías con situaciones reales.
Como último punto, al discutir los desafíos, Llancavil señaló: «Uno de los principales obstáculos es la resistencia al cambio en el sistema educativo. Muchos profesores prefieren seguir métodos tradicionales porque no tienen la formación ni los recursos para implementar el trabajo de campo de forma interdisciplinaria». Esta perspectiva es complementada por Márquez y Flórez (2021), quienes identifican la rigidez curricular y la falta de colaboración docente como barreras comunes. Sin embargo, el profesor Llancavil propuso: «La solución está en promover comunidades de aprendizaje donde los docentes compartan experiencias y construyan proyectos integrados». Desde mi punto de vista, estas comunidades pueden ser un motor clave para superar los desafíos estructurales y avanzar hacia una educación más innovadora.
Es importante que en estas comunidades de aprendizaje se promueva el diálogo reflexivo entre pares con la finalidad de realizar las planificaciones tanto curriculares como logísticas. De esta manera, se fomenta la colaboración y el entendimiento entre los docentes de diferentes disciplinas, permitiendo que trabajen de forma conjunta en la creación de proyectos educativos que integren diversas áreas del conocimiento (Barrio De La Puente, 2018). En este contexto, el diálogo reflexivo se convierte en una herramienta clave para abordar desafíos como la resistencia a la implementación de enfoques interdisciplinarios, particularmente cuando se busca organizar una salida de campo.
En conclusión, el trabajo de campo es una estrategia didáctica clave para la formación ciudadana al permitir que los estudiantes comprendan problemas complejos desde una perspectiva integral, conectando aspectos ambientales, económicos y sociales. A través de enfoques interdisciplinarios, esta estrategia fomenta la creación de proyectos integrados que vinculan el conocimiento con la realidad, promoviendo un aprendizaje significativo y conectado. Además, desarrolla capacidades esenciales como la observación rigurosa, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico, preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo actual.
Bibliografía
De La Puente, J.. (2005). La transformación educativa y social en las comunidades de aprendizaje. Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, 17. https://revistas.usal.es/tres/index.php/1130-3743/article/view/3118
Llancavil, D. (2021). Trabajo de campo: Una oportunidad para la enseñanza del espacio geográfico. Didacticae: Revista de Investigación en Didácticas Específicas, (6), 82-96. https://doi.org/10.1344/did.2019.6.82-96
Márquez, K. y Flórez, E. (2021). Perspectivas curriculares y didácticas de las salidas de campo en las licenciaturas en Ciencias Sociales del Caribe Colombiano. Entramado, 17(1), 136-148.https://doi.org/10.18041/1900-3803/entramado.1.7160
Serrano, O. (2021). Experiencia didáctica dentro y fuera del aula: un itinerario interdisciplinar para conocer un barrio de la ciudad de Cuenca. Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales, (41), 39-56. https://doi.org/10.7203/dces.41.18420
Delgado, R. (2013).El trabajo de campo como estrategia pedagógica integradora. Revista de Comunicación de la SEECI, (31), 156-183. http://dx.doi.org/10.15198/seeci.2013.31.156-183
Artículo elaborado por
Jesus Mauricio Serrano Arevalo, estudiante de Educación Secundaria con especialidad en Ciencias Sociales