Como parte de la pasantía realizada en la PUC Chile – Sede Villarica, tuve la oportunidad de reunirme con estudiantes del Centro de Estudiantes de Villarica (CEV). Dentro de la conversación, motivado por mi curiosidad, tuve el interés por indagar sobre la gestión escolar en Chile, un país que ha implementado reformas significativas en su sistema educativo.
En Chile existen tres tipos de gestión escolar: pública, privada y privada subvencionada. Al igual que en Perú, la gestión escolar pública y privada funcionan de manera similar. Es interesante notar que los miembros del CEV mencionaron que el sistema público no se queda atrás, es capaz de competir con los particulares; lógicamente no todas las instituciones del Estado están al mismo nivel que las particulares. Aún con ello, es valioso notar que no sienten que haya una brecha tan grande como aquí entre esos tipos de gestiones. En ese sentido, me pregunté: “¿qué genera esa brecha? ¿El sistema, los miembros, la sociedad o qué?”
Respecto a las instituciones educativas privadas subvencionadas, mencionaron que hubo un momento que saturaron el mercado por lo que ofrecían, pero que se fue mitigando su impacto. Estas recibían cierto monto de estipendio dependiendo de la cantidad de estudiantes que albergaban. El Estado chileno fue haciendo un mejor control acerca de la asistencia en estos colegios y por eso empezaron a disminuir, eso no quita que siga habiendo dificultad en su control. Esta situación me invitó a reflexionar sobre el impacto que la cantidad de opciones educativas puede tener en la calidad y accesibilidad de la educación. Teniendo en cuenta lo mencionado, pensé: “¿cantidad, calidad? ¿quién merece acceso?, ¿no se supone qué es para todos?”
Otro aspecto mencionado fue que actualmente en Chile, los encargados de monitorear o supervisar las instituciones educativas son los municipios. Nos comentaron que actualmente están realizando los procedimientos para transferir esas características a otro ente, uno más centrado en la educación. No todos los municipios cuentan con las facultades, competencias, recursos o capacidades para monitorear a las instituciones que se encuentran en su zona. No es sencillo hacerlo y el área de acción de las municipalidades suele ser otra.
Este diálogo sobre la educación en Chile no solo me ha dejado con un aprendizaje, sino que también me invita a continuar explorando y cuestionando cómo podemos mejorar nuestras propias prácticas educativas. ¿Cómo podemos contribuir a un sistema educativo más eficiente y equitativo en nuestro país desde la gestión?
Nota elaborada por:
Alejandro Almeida Tovar
Estudiante de Educación Secundaria – Especialidad de Matmáticas