La educación es fundamental en todos los sentidos y perspectivas del ser humano. Sobre ello, se han realizado varias investigaciones, por lo que se cuestiona el verdadero acto de educar. Muchas de esas investigaciones confirman que no solo se basa en el acto pedagógico que involucra al docente y estudiante, sino va más allá del aula. Según Robles (2022), el educador debe ser capaz de inculcar valores, principios y habilidades hacia los educandos, para que sean capaces de aplicar soluciones estratégicas sostenibles que van más allá de las tradicionales (p. 124). Tal como sostiene Robles, el educador debe tener la mirada más reflexiva acerca de los acontecimientos en la sociedad, lo cual genera en los estudiantes una mirada crítica, reflexiva y sobre todo divergente para así resolver las problemáticas modernas. Por ello, la importancia de educar implica ser capaces de generar en nuestros estudiantes habilidades y competencias no-lineales para que aprendan a resolver problemas reales.
Sin embargo, es importante reflexionar que en la praxis educativa que se está realizando en el mundo contemporáneo, va a formar a personas quienes liderarán el mundo más adelante; es decir, ellos son quienes generarán posibles soluciones estratégicas y efectivas en el futuro. Una correcta formación e interpretación en la práctica educativa involucra una formación de sujetos proactivos en la construcción de sociedades eficientes con mayor igualdad y desarrollo (Luna, 2020, p. 43).
Esta afirmación es esencial para hacer una introspección de la acción pedagógica que estamos realizando en nuestros alumnos. La identidad docente que desarrollamos en el aula infiere en nuestros estudiantes, quienes toman todas las enseñanzas del aula para luego aplicarlo con mayor eficiencia a la sociedad y establecer límites y soluciones que nos ponen en ventaja a todos. Asimismo, con el fin de conocer la importancia de educar y para qué lo hacemos, estamos generando posibles cambios y soluciones que proyectan un futuro positivo de manera incremental.
Uno de los educadores más famosos de todos los tiempos: Paulo Freire plantea en su pedagogía una educación liberadora, en donde el ser humano debe ser comunicativo , dialogante, quien sea capaz de establecer relaciones intersubjetivas. Para Freire la educación liberadora es capaz de convertir un diálogo cerrado en uno abierto; es decir, que todos los agentes sociales sean capaces de establecer diálogos para generar soluciones efectivas (Ovejero, 1997, p. 672). De lo contrario, se estaría realizando una educación no liberadora, sino más bien opresora la cual es tácita, no se controla ni se cuestiona nada.
En conclusión, se plantea que la educación se convierta en el medio por el cual existan y se formen a agentes sociales quienes sean capaces de promover soluciones efectivas para un posible futuro lleno de retos. Asimismo, los educadores deben tener bien en claro lo que desean reflejar en sus estudiantes; es decir, que este reflejo sea mayoritariamente reflexivo para demostrarles que somos capaces de transformar el mundo a través de la educación.
Elaborado por:
Melisa Camones – Estudiante de la carrera de Educación Primaria.
Referencias:
Robles, J. (2022). El desafío de educar para la contingencia y la resolución de problemas, evaluando para el desarrollo del pensamiento divergente. bol.redipe, 11(8), 124-131.
Luna, J. (2020). El desafío de educar para la innovación. Revista Electrónica De Divulgación De Metodologías Emergentes En El Desarrollo De Las STEM, 2(1), 42-59.
Ovejero, A. (1997). Paulo Freire y la psicopedagogía de la liberación. Psicothema, 9(3), 671-688.