Esta oportunidad, el poder realizar una experiencia de aprendizaje en el colegio de Canyar ubicado en Chincha, nos ha permitido comprender más la realidad que existe en los colegios rurales, tales como pueden ser la falta de personal en psicología, la poca participación y acción de la UGEL de Chincha o las deficiencias de la infraestructura del colegio; sin embargo, se denota la participación de toda la comunidad, tanto padres, madres, hijos y docentes, por contribuir a mejorar el bienestar de los estudiantes y su calidad educativa.
En esta ocasión nos tocó trabajar con niñas y niños del aula multigrado 3ero y 4to de primaria, donde evidenciamos una diversidad de alumnos. Durante los tres días de visita, desde el 24 al 26 de abril, conocimos e interactuamos con dos niños neurodivergentes, uno de ellos vive con el trastorno espectro autista (TEA) y otro que presentaba rasgos de bipolaridad.
Al primer pequeño lo conocimos el segundo día de nuestra visita, puesto que el primer día se ausentó por asuntos personales. Él es muy activo, creativo y cariñoso; asimismo, le encanta pintar, por lo que pudimos observar, y le encantan las comidas, puesto que, como mencionan las madres de familia y la profesora, le encanta la hora de la lonchera. Sin embargo, con la observación nos dimos cuenta que suele salir de la clase cuando no llega a comprender los temas que se están trabajando y presenta dificultades para comunicarse ya que el último día, evidenciaba incomodidad y malestar por el dolor de estómago y hambre, pero no lo comunicaba mediante oraciones, sino mediante gestos y sonidos. Por otro lado, un aspecto que lo limitaba era un cierto rechazo de algunos de sus compañeros, pues creían que él no podría contribuir al desarrollo de ciertas actividades; a pesar de ello, logramos integrar sus participaciones y fue reconocido por sus compañeros.
El segundo niño lo conocimos desde nuestro primer día de nuestra visita. Él se mostraba alegre, juguetón y amable; por medio de las actividades que realizamos, como juegos dinámicos, pintura y dibujo y la narración de historias, él demostraba mucha creatividad y participación activa. Sin embargo, no era un rendimiento constante, puesto que al enfrentar dificultades o retos al elaborar sus trabajos se retraía y comenzaba a romper sus cosas, a llorar hasta calmarse o abandonaba el aula de clase. Nuestras observaciones nos dieron indicios de que, posiblemente, el niño tenga algunas dificultades para regular sus emociones; así, nosotros podíamos confirmar la importancia y urgencia a la gestión del apoyo psicológico que se le debe dar a los estudiantes y la capacitación especializada a los docentes.
Durante las diferentes actividades que realizamos y mediante el diálogo, con las niñas y niños del 3ero y 4ato grado, pudimos evidenciar varios retos que conlleva el trabajo en un aula multigrado; a pesar de ello, fue gratificante observar el esfuerzo de muchas niñas y niños por seguir creciendo y superarse. Gracias a nuestros principios y nuestra formación en la Facultad de Educación, hemos comprendido la importancia de la atención a la diversidad y neurodivergencias como parte fundamental de la vocación docente; por ello, fue enriquecedor y gratificante lograr contribuir, desde este aspecto, a este aula multigrado y hacer reflexionar a las y los estudiantes la idea de que todas y todos podemos aprender de diferentes formas, incluso de quienes creían que no.
Nota elaborada por:
Pablo Cárdenas y Milagros Torres
Estudiantes de Educación Primaria
Profesora: Angela Figueroa Ibérico