Las personas, por nuestra naturaleza, somos seres sociales y necesitamos de la interacción con el otro para desarrollar nuestras habilidades de socialización de manera saludable. Al respecto, la psicóloga Gil (2021) manifiesta que es imprescindible que los niños se relacionen entre sí de manera constante, pues es dentro de estos intercambios donde aprenderán y potenciarán sus habilidades sociales. Sin embargo, no se puede pretender que los niños sepan cómo interactuar de manera óptima, sin antes haber sido expuestos a espacios integradores con sus pares donde puedan jugar e intercambiar experiencias. Como bien se dice coloquialmente “la práctica hace al maestro” y es la pandemia causada por la COVID 19 la que ha limitado significativamente la creación de estos espacios de socialización para los niños.
La coyuntura pandémica disminuyó las posibilidades de interacción a todas las personas siendo los más pequeños del hogar los más afectados, pues ya no tenían posibilidades para interactuar con sus pares dentro de espacios comunes como el parque, las fiestas de cumpleaños, los talleres extracurriculares y la escuela. Ahora, luego de dos años de educación a distancia, las clases presenciales han sido retomadas y con ello, se ha evidenciado los efectos negativos que esta situación ha generado en muchos de los niños de nivel inicial.
Dentro de la institución educativa en la que me encuentro trabajando actualmente he podido observar como a algunos alumnos se les dificulta expresar verbalmente lo que necesitan y suelen golpear a sus compañeros para conseguir lo que desean; sin embargo, es evidente que en este tipo de situaciones los niños no saben cómo comunicarse y suelen mostrarse abrumados por sus emociones. Esto se debe a que los más pequeños han estado solo en casa, con clases virtuales, teniendo contacto exclusivamente con aquellas personas de su círculo cercano, sin experimentar el intercambio social y el juego con niños de su edad. Por lo cual no han tenido la orientación de sus cuidadores ante situaciones de conflicto que suelen suceder durante la socialización con sus pares. Ello ha limitado severamente el desarrollo de sus habilidades sociales y, por consiguiente, su desarrollo emocional y contacto con sus pares.
Por todo lo mencionado anteriormente considero que es imprescindible que desde la escuela se promuevan espacios de socialización e integración, puesto que ello permitirá que los niños y niñas experimenten diferentes situaciones entre pares que, con la adecuada orientación de las docentes, les permitirá aprender distintas habilidades sociales que son imprescindibles para una adecuada participación en la sociedad (Váldes, citado por Sánchez, 2021). Entre las formas de promover la socialización durante la jornada escolar se puede fomentar el desarrollo de actividades y juegos grupales en donde los niños deben trabajar en equipo para lograr una meta, el juego libre, promover el compartir durante los momentos de la lonchera para compartir un diálogo en el que se refuerce el cumplimiento de las normas de convivencia a la vez que se incentiva la interacción y el reconocimiento como parte de un grupo.
Referencias
Gil, S. (2021). Las habilidades sociales en tiempos de pandemia. Flamboyant. https://www.editorialflamboyant.com/actualidad/entrevista-asofia-gil-las-habilidades-sociales-en-tiempos-de-pandemia/
Sánchez, A. (2021). Efectos de la pandemia del COVID 19 en la socialización infantil y el juego. [Tesis de pregrado, Universidad de Valladolid]. https://uvadoc.uva.es/handle/10324/49083