La pandemia impidió que los niños asistan al colegio y se relacionen normalmente los unos con los otros. Actualmente, evidencio como a mis estudiantes les cuesta resolver conflictos interpersonales, tolerar la frustración y regular sus emociones. ¿Nos hemos olvidado de desarrollar sus competencias sociales o socioafectivas?
Si hablamos de una educación integral, esta debe considerar el aspecto emocional para el desarrollo de una personalidad equillibrada en los niños. En este sentido, los colegios y maestros debemos proveer el desarrollo de competencias sociales y socioafectivas. Las primeras sirven para que los estudiantes se integren en la sociedad; las segundas, para que puedan enfrentarse a los problemas de la vida diaria o adversidades.
El colegio, al ser uno de los primeros espacios de socialización e individualización del niño (luego de la familia), debe ser un ambiente donde los estudiantes aprendan formas saludables de relacionarse y habilidades para interactuar con otros (juegos, trabajos en grupo).
Por tanto, se deberían desarrollar competencias comunicativas, conductas prosociales y la construcción de una propia identidad. Recordemos que la esencia socializadora de la escuela brinda diversos aprendizajes de normas y creencias que se transmiten transgeneracionalmente.
Ante ello, es fundamental desarrollar competencias socioafectivas y sociales. A continuación, mencionaré 5 recordatorios por las que se debe inculcar una educación socioafectiva:
El fin de la educación es el desarrollo integral para el éxito del estudiante, tanto para su vida presente como futura.
Según investigaciones, un proceso sistemático de promoción del desarrollo emocional y social contribuye en el aumento del éxito académico (Durlak, Weissberg, Dymnicki, Taylor & Schellinger, 2011). Como señala la Dr. Carmen Coloma (2015), existe una relación entre emoción y aprendizaje. Si no enseñamos estrategias de regulación emocional, ¿cómo esperamos respuestas asertivas por parte de nuestros alumnos?
A partir de la Teoría de Inteligencias Múltiples (Gardner, 1987), cuando se educa emocionalmente, se promueve el desarrollo de las inteligencias intrapersonal e interpersonal.
El premio Nobel de Economía, J. Heckman, nos ilustra sobre la inversión que significa el desarrollo de habilidades socioemocionales sobre la fuerza laboral: Es mejor para la economía de un país invertir en el desarrollo emocional que pagar las consecuencia de la falta de ciudadanos emocionalmente inteligentes.
REFERENCIAS
Coloma, C. R. y Rivero, C.(2015). El cerebro, las emociones y el aprendizaje en adolescentes universitarios. En Cognición, Neurociencia y aprendizaje. El adolescente en la educación superior. (pp. 177 – 196). Lima: Fondo Editorial PUCP.
Gardner, H. (1987). Estructuras de la mente: La teoría de las múltiples inteligencias. México: Fondo de Cultura Económica.
Joseph A. Durlak, Allison B. Dymnicki, Rebecca D. Taylor, Roger P. Weissberg, & Kriston B. Schellinger. (2011). The Impact of Enhancing Students’ Social and Emotional Learning: A Meta-Analysis of School-Based Universal Interventions. Child Development, 82(1), 405. https://doi-org.ezproxybib.pucp.edu.pe/10.1111/j.1467-8624.2010.01564.x