¿Qué significa ser docente en el Perú? Reflexiones a partir de la apertura del año académico 2024-1 en la Facultad de Educación

11/04/2024

En la apertura del año académico 2024-1 de la Facultad de Educación de la PUCP, realizada el primero de abril del presente año se plantearon algunas reflexiones por parte de las autoridades de la Universidad y de la facultad acerca del valor e importancia de nuestra profesión para la sociedad, y, en particular, para nuestro país. Por ello, desde mi rol como actual estudiante en formación y futuro docente me gustaría reflexionar sobre el rol fundamental que tenemos y por la influencia que ejercemos en la vida de niños, adolescentes, jóvenes, localidades/comunidades y asociaciones educativas, en torno a la búsqueda de una formación integral de cada individuo (no solo en lo educativo, sino también en otros aspectos como lo psicológico, personal y emocional), de manera que podamos contribuir al logro de objetivos y metas propuestas desde el Estado y la sociedad, así como por parte de las familias y, especialmente, de los propios estudiantes.

Un punto notable a rescatar, de los discursos emitidos en la ceremonia de apertura, es el poder de superación que un docente debe tener ante los obstáculos y retos que se puedan presentar en su camino, una muestra de ello, fue la exitosa respuesta de los profesores ante la reciente pandemia del COVID-19. Cada docente ejerce un rol que va más allá de solo impartir conocimientos, de manera técnica y automatizada, los educadores debemos ser conscientes que, sin querer, somos ejemplos para cada estudiante en diversas áreas: en lo emocional, en lo organizativo, en lo social, en lo artístico, en lo deportivo, en lo cognitivo, entre otras más; por lo que, al presentarse situaciones adversas, un maestro no debe perder el control. Por el contrario, aunque el contexto sea difícil, deben ser capaces de poder transformar dichas situaciones en oportunidades de innovación y cambio que puedan responder eficaz y eficientemente ante las necesidades que surgen en la sociedad actual (dinámica en todo aspecto).

 

Otro aspecto a reflexionar es que los educadores deben ser agentes de cambio que tengan la capacidad de brindar oportunidades y caminos de formación para cada estudiante y para aquellos grupos o sectores en desventaja, donde la calidad educativa que reciben es nula o deficiente. Un docente no puede ser ajeno a la realidad educativa local, regional, nacional, o incluso internacional solo por no estar involucrado en dicho contexto de forma directa. Preocuparse por la situación educativa (en cada uno de los espacios previamente mencionados) es una característica que debe ser una constante entre aquellos que estamos en proceso de formación. 

En adición, un buen maestro también debe ser flexible, es decir, ser un agente que no se limite únicamente a lo que señala el Currículo Nacional de Educación Básica o al Proyecto Curricular Institucional de cierta institución educativa, sino que, de acuerdo a la realidad en el que se encuentre involucrado, pueda ser capaz de adaptar y diversificar los diversos elementos que se encuentren involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje para lograr que los estudiantes desarrollen las competencias que se requiere en la sociedad y en donde  se valore más el proceso que los resultados meramente objetivos. Esto implica una comprensión del alumno y de su bienestar, buscando que este se desarrolle de forma integral en un determinado contexto, capaz de brindar soluciones sostenibles a los distintos retos sociales y que logre, en un futuro, no solo encajar en el mundo laboral de una sociedad cambiante, sino que logre, sobre todo, reconocer su propio valor y potencial personal como ser humano.

De igual manera, ser docente implica tener un deseo ferviente por servir a todos los agentes sociales, es decir, no solamente a los propios estudiantes o a los padres de familia (quienes son parte de la comunidad educativa), sino también a otros actores educativos, comunidades vulnerables, autoridades gubernamentales, entre otros grupos y sectores. Debido a ello, la cultura y el contexto siempre deben estar presentes, de alguna u otra forma, en los contenidos y propósitos educativos, los cuales deben brindar oportunidades a los estudiantes para que sean capaces de establecer y consolidar diversas competencias claves como una actitud crítica, desarrollo autónomo, compromiso ciudadano y pensamiento reflexivo que les permitan ser agentes activos sobre la realidad en la que se encuentran inmersos.

Finalmente, ser docente es ser un agente que escucha, que transmite, que contribuye a la formación de identidades, que innova, que propicia oportunidades para el éxito personal, que deja huella en la sociedad, y que transforma vidas que causen un impacto en el presente para convertirlo en un futuro igual de transformador y beneficioso para todos. Y nuestra Facultad está en esa tarea. 

 


Elaborado por: Leonardo Jesús Ybañez Arancibia

Estudiante de Educación Secundaria con especialidad en Matemáticas

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